Mauricio Herrera (37) lo sabe explicar bien. No es que el coronavirus le truncó del todo la ilusión, no. Pero dice que "le cortó el envión". Y es que tenía todo listo para abrir su propia barbería, pero la pandemia lo obligó a frenar el proyecto y ahora atraviesa una difícil situación, al igual que la mayoría de los trabajadores independientes de la provincia.

“Está casi todo armado pero tuve que parar obligadamente. Sólo restan detalles que me faltaron terminar pero ya estaba casi todo terminado. Si no hubiese sido por esto ya la hubiese inaugurado”, dice quien carga en sus espaldas 16 años de experiencia en el rubro.

Mauricio en el último tiempo estuvo trabajando para otra persona, pero “quería lo mío”. Entonces en Mendoza y Lautaro, Capital, comenzó con su sueño propio al que bautizó “Alpha Club”.

“Mis clientes me preguntan cuándo voy a abrir, y no me queda otra que decirles que recién cuando pase todo esto. Para mí es una gran fuga económica que me está afectando”, se queja.

La falta de ingresos lo obligó a ajustarse junto a su pareja y su hijo del corazón, con quienes vive en la Villa Cobos, en Chimbas. Ahora están en “modo supervivencia”. “La verdad no la estoy pasando muy bien que digamos. Sobrevivimos con ahorros, con lo que tengo. Tuve que cortar Internet, el cable, Netflix, y priorizar las cosas esenciales. Estamos como en un plan de supervivencia. En la mañana temprano hacemos las compras para todo el día y después nada”, cuenta.

“Cuando pase esto lo mismo voy a seguir con mi meta, que es abrir mi propio local. Pero sí me cortó el envión, el impulso de adrenalina que traía… es como que me frenó un poquito la ilusión”, concluyó.