La decisión tomada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, de frenar a inicios de febrero el ingreso masivo de juguetes complicó a las jugueterías, pero puso a prueba a la industria local que tuvo que salir a compensar ese faltante con calidad (el mayor problema) y cantidad. La medida incluyó a otros 600 productos importados, entre ellos maquinaria y electrónica. Según argumentó el Gobierno Nacional, la decisión apuntó a igualar la balanza comercial entre importaciones y exportaciones.
