Mi mamá murió y me quise tatuar el nombre de ella. Mi papá aceptó "de una’, y me acompañó. Yo me puse a llorar cuando terminaron, porque estaba contenta; ahora es como si la viera cada vez que me miro el brazo. No sé si a ella le hubiera gustado o no, pero a mi me encanta y nunca me lo voy a sacar.
