Carlos Fábrega pasará a ser el cuarto presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en la era kirchnerista, sucediendo en el cargo a Alfonso Prat Gay, Martín Redrado y Mercedes Marcó del Pont, quien no sospechaba el último viernes que su discurso en las ‘Jornadas‘ sería el último al frente de la autoridad monetaria. Lejos del perfil de los economistas de carrera, Fábrega, un mendocino de 64 años, estuvo las dos terceras partes de su vida directamente vinculado al Banco Nación, donde ingresó hace 44 años como auxiliar de una sucursal que marcaría su futuro: Río Gallegos.
El 3 de febrero de 2010, Fábrega llegó a una instancia inédita en el escalafón de un empleado del BNA: debió reemplazar a la presidenta Mercedes Marcó del Pont, que a su vez haría lo propio con Redrado en el Central. Reemplazada y reemplazante vuelven a coincidir casi cuatro años después, aunque en circunstancias diferentes. Esta vez, Marcó del Pont no deja el cargo en vistas de mejores horizontes. Por el contrario, en su gestión fue cuando se produjo un tremendo deterioro de las reservas internacionales. Si en 2010 le dejó a Fábrega un Banco Nación en buenas condiciones, hoy entrega un Central con reservas en caída libre. Desde su asunción el 4 de febrero de 2010, se derrumbaron 15.723 millones de dólares. Sólo queda un interrogante por Marcó del Pont: ¿se mantendrá en las filas K?
