Jerusalén, 2 de abril.- El Viernes Santo, uno de los días más trascendentales de la Semana Santa cristiana, reunió hoy a peregrinos de los cinco continentes en las estrechas calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén, vigiladas por un gran despliegue policial que trataba de evitar incidentes entre judíos, cristianos y musulmanes.
La primera estación del Vía Crucis está situada en un colegio musulmán de la Ciudad Vieja contiguo a la mezquita de Al-Aksa, a la que fieles musulmanes acudían a rezar interrumpiendo por momentos el Vía Crucis, celebrado este viernes, día santo musulmán.
La Semana Santa cristiana coincide este año, además, con la Pascua judía, tiempo en el que los judíos visitan el Muro de los Lamentos, uno de cuyos accesos atraviesa una parte de la Vía Dolorosa.
Fieles cristianos palestinos, de Irak, Sri Lanka, España, México, Zimbabwe y de otros países desfilaban desde media mañana, algunos de ellos transportando cruces hechas con madera de olivo, otros descalzos, y todos parando en cada una de las 14 estaciones que recuerdan el sufrimiento de Jesús.
Todos los fieles se dirigían al Santo Sepulcro, donde se encuentran las cinco últimas estaciones del Vía Crucis y donde se dice que Cristo fue crucificado y sepultado.
Jóvenes palestinos cristianos se enfrentaron con la policía israelí que controlaba el paso a la iglesia al final de la peregrinación, informó la agencia de noticias DPA.
Las puertas de acceso al Santo Sepulcro fueron cerradas por unos minutos hasta que los incidentes fueron controlados y los fieles siguieron camino del Gólgota o Monte Calavera.
En este punto, situado dentro de la iglesia, se cree que Jesús fue crucificado junto a dos ladrones.