No todo el mundo Maradona la pasó bien ayer en Sudáfrica. Y justamente los involucrados en este ingrato momento fueron dos de los seres más queridos del DT como su hija mayor, Dalma, y su novia, Verónica. Es que debido a las distribuciones de las entradas en un primer momento tuvieron que estar a menos de un metro. Es que Verónica, junto con sus padres, estaban ubicados sólo una fila por delante de Dalma, quien cuando llegó a esa zona y observó a Verónica, decidió dar marcha atrás con esa ubicación original y colocarse más arriba. Verónica, para no agrandar el escándalo, prefirió refugiarse “casualmente” en su celular.

Otra muestra que la relación entre las herederas del Pelusa y Verónica es distante pasa porque las primeras están ubicadas en un barrio privado distinto al de la novia de Maradona. De hecho, en las tardes de descanso de la Selección, Diego primero va un par de horas a estar con su novia y el resto del tiempo lo pasa junto a sus hijas y su ex mujer, Claudia Villafañe.