"Esta tormenta la ha provocado mi afán de educar al pueblo", dice un joven y efusivo Domingo Faustino Sarmiento mientras mira, plantado con firmeza, el avance de un grupo de oligarcas al grito amenazador de "¡muerte al loco!". El Maestro levanta entonces los brazos, hace algunos movimientos y comienza un vaivén, un dibujo oscilatorio, como un mar picado, que tiene de un lado al sanjuanino bregando por la educación pública y del otro a la oligarquía tratando de evitarla. Es una de las escenas del musical "Sarmiento: un hombre y sus mundos", que será representado en el autódromo El Zonda-Eduardo Copello la noche del sábado 26, para el cierre de la edición 2011 de la fiesta.

El tironeo simbólico entre el educador y las clases dominantes es una lectura de la historia llevada a la danza y el canto por el equipo que trabaja en la composición del espectáculo. En los ensayos se puede ver la tensión de la escena: los actores que representan a la oligarquía se mueven acompasados, los hombres tomándose las solapas y las mujeres blandiendo abanicos, cantando al unísono su arenga de "muerte al loco". Este fuerza choca contra el joven Sarmiento (interpretado por el actor Juan Francisco López), que responde hablando de la importancia de la educación pública, a la vez que se convierte en la contrafuerza que hace retroceder a los otros. Pero la ola va y viene, la pelea crece en dramatismo, y los enemigos estallan en un "¡callate, chiflado!" con el dedo índice apuntándole al Maestro.

"¡Callate loco!", se envalentonan los oligarcas, furiosos en la cresta de la ola, y uno exclama: "¡De qué nos sirve tanta educación!". Sarmiento habla entonces del futuro, de los gauchos (uno de los temas más polémicos en el revisionismo histórico sobre el Maestro), de los pobres. Y dice que aquellos que se ríen de él son los mismos que "le niegan al gaucho la educación, la tierra y el fruto de su trabajo".

Las respuestas de Sarmiento sobrevuelan el cuadro coreográfico. "El poder, la riqueza y la fuerza de una nación devienen de la capacidad industrial, moral e intelectual de los individuos que la componen. Y la educación pública no debe tener otro fin que aumentar esas fuerzas", dispara el sanjuanino en tono firme.

Su voz, como la de todos los actores y bailarines, está grabada y será reproducida en playback en el escenario del autódromo. Y como el guión responde a la estructura del género musical, esa noche se repartirá folletos entre el público para que se pueda leer los diálogos y cantos en simultáneo con el espectáculo, así todo resulta legible y, en consecuencia, más disfrutable.