Cuando se enteró de que gracias a su desempeño académico había sido seleccionada como una de los 4 estudiantes sanjuaninos que obtendrían una beca para terminar su carrera en Colombia, Magalí Valdez se prometió a sí misma que iba a conseguir el dinero para pagarse los pasajes que le permitirían llegar a ese país. Lo que nunca pensó la futura ingeniera Industrial fue que reunir esos 10.000 pesos sería tan difícil. A principios de año abrió un kiosco, vendió sus cuadros, trabajó en boliches y hasta organizó una fiesta. Ahora, sólo le resta conseguir 2.500 pesos, sin embargo teme porque tiene el tiempo contado: debe viajar dentro de 16 días. Por eso, salió a pedir ayuda al Gobierno.
"Me quedan dos materias y son las que pretendo cursar en la Universidad Santo Tomás, en Colombia. Para mí sería una experiencia muy importante porque me permitiría aprender contenidos nuevos y saber cómo funciona la profesión en otro país", contó la chica de 24 años ayer, tras haber visitado en el palco del desfile por el Día de la Independencia al gobernador Gioja, para entregarle una carta contándole su situación y pidiéndole ayuda financiera. Y agregó que "yo supe desde un principio que tenía que juntar la plata, porque la beca incluye los costos de manutención y estadía, pero no los pasajes. Lo que nunca pensé es que iba a ser tan difícil conseguirla".
La beca en cuestión es de Movilidad Estudiantil y la otorga la UNSJ. Magalí la obtuvo por sus calificaciones (tiene promedio 7,05 y está a punto de recibirse) y por diversos trabajos que desarrolló dentro de la universidad. Según contó, sus padres no pueden colaborar con los fondos, dado que su mamá es ama de casa y su papá, jubilado. Son sus amigos los que le están dando una mano. "Empecé vendiendo los cuadros que pinto y así pude iniciar el ahorro. Después busqué trabajo, pero se me complicó porque necesitaba tiempo para seguir estudiando y rendir las materias de las que ya tenía boleta. Por eso, abrí un kiosco en la casa de un amigo que me prestó un lugar", detalló la futura profesional. Otro de sus amigos le prestó un teléfono con whatsapp, para que pudiera difundir la fiesta que organizó y realizó anteanoche. "El dueño del boliche me prestó el lugar, pero yo tenía que conseguir que la gente fuera, por eso inicié una campaña de difusión entre todos mis conocidos y en las redes sociales", contó. Y dijo que "me fue bien. Conseguí 2.500 pesos. Ahora me falta otro tanto".
Magalí todavía tiene abierta la página de facebook Todos Vamos a Colombia, para que la contacten los interesados en colaborar. Si todo sale como planea y logra llegar a la cifra necesaria, espera viajar el próximo 26 de julio. En realidad tenía que hacerlo antes, para participar del periodo de adaptación, pero por su falta de recursos solicitó un permiso a la universidad colombiana y le permitieron llegar antes del inicio de clases, que será el próximo 28.