La vida de Virginia Rodríguez fue una hasta antes de la dictadura y otra después. Sobbrevivió a los horrores del gobierno de facto y desde entonces enarboló la bandera de la memoria y el respeto a los derechos humanos. Lamentablemente, este sábado se conoció su fallecimiento, generando un profundo pesar en la comunidad local.

Virginia era arquitecta, una activa militante en la década de los '70, con un enorme compromiso con la realidad social del país, fue parte de la Juventud Universitaria Peronista. Su tarea social en la provincia se concentró, en gran parte, en el barrio Cabot. Esa militancia la puso en el blanco de las miradas incluso poco antes que llegaran al poder los militares, allá por el 24 de marzo de 1976.

En febrero del 76, Virginia (29 años y embarazada) y su esposo fueron detenidos por las fuerzas conjuntas en la madrugada, en una casa de la zona de Concepción, donde vivían junto a su pequeño hijo de poco menos de un año. Los apuntados esos días fueron precisamente los jóvenes del JUP.

Cuando lso capturan, los llevan al RIM 22, tiempo después fue al Penal de Chimbas y fue allí donde la trasladaron al Hospital Rawson para tener su hija. Con esa beba en brazos, un día la llevaron en avión hasta la cárcel de Devoto, en Buenos Aires. Le sacaron a su hija pero quedó en manos de su familia, en tanto que su esposo pasó a un reclusorio de La Plata. Esta situación y la lejanía con su familia en San Juan prácticamente la aisló.

Recién la soltaron en septiembre del '82 aunque seguía monitoreada. Según contó en distintas entrevistas, cuando salió en libertad pesaba 36 kilos.