El 2019 termina, pero el dolor de los hijos y familiares de las tres mujeres que fueron asesinadas a manos de sus parejas, no cesará nunca. Es más, es un dolor que salta a la memoria cada mañana, apenas al tomar conciencia. Myriam Morales, Brenda Requena y Fabiana Agüero son tres lamentables ejemplos de la posesión masculina, creerlas como propias, pues las tres historias coinciden en el mismo aspecto: tres hombres -asesinos- les arrebataron la vida.

Myriam Morales, asesinada a cuchillazos

Alrededor de las 12, del viernes 15 de febrero, su padre la encontró en el suelo de su casa – en el asentamiento El Carril en calle Alfonso XIII entre calles 12 y 13, en Médano de Oro- a pocos metros de la puerta. La víctima, de 40 años y con un hijo adolescente, tenía 2 heridas profundas: una en el corazón y otra en el pecho derecho. Además, tenía los puños cerrados, un golpe en el costado izquierdo de su rostro y marcas en el cuello .Myriam Morales, hermana de una gloria del ciclismo, como había sido Manuel “Lilo” Morales, habría sido asesinada por su pareja, el albañil Mariano Valdez.

La investigación policial informó que Myriam había recorrido los pocos metros que separan su casa de la de su papá para ir a hacer la limpieza y esperarlo con el almuerzo cuando llegara de trabajar, pues su mamá estaba de viaje en La Plata, Buenos Aires, junto único hijo. Pasaron unas horas, el dueño de casa llegó y se topó con la macabra escena. Entonces apareció un testigo que dijo haber visto a Valdez salir de esa casa en la moto Corven 110cc. de la víctima.

El presunto femicida estuvo prófugo durante varios días, hasta que fue detenido en la casa de su madre, en inmediaciones de Calvento y Elizondo, Rawson. Cuando se vio rodeado de uniformados, Valdez quiso quitarse la vida con un cuchillo. No ocurrió, Finalmente, la policía pudo aprehenderlo y está preso, a la espera de la condena. 

 

Brenda Requena, descuartizamiento y cuerpo calcinado

El acontecimiento fue interpretado, inicialmente, como jocoso. Las redes sociales eran incrédulas e incluso algunos uniformados. A la mujer la habían encontrado con su amante cuando estaba en un auto con otro hombre, en inmediaciones del Autódromo El Villicum, en Albardón. Huyó “a campo traviesa” dijeron tanto el esposo como el amante, ese 11 de julio. Sin embargo, las horas pasaban y nada se sabía de Brenda Requena (24).

Los peritajes de la policía comenzaron con un allanamiento al domicilio del amante, José Guajardo (24), pero no hubo indicios para culparlo. Mientras tanto, en la zona de Campo Afuera, la búsqueda se aceleraba y masificaba; personal policial, del Grupo GERAS, de Bomberos, efectivos de la Comisaría 18va de Albardón, la División Canes y algunos voluntarios se volcaron al campo. Una fuente de alta jerarquía policial dijo a este diario: "Queremos que aparezca sana y salva, la circunstancias del caso es otro tema que a esta altura es menor".

Las investigaciones continuaban y una simulación digna de un actor con trayectoria emergía. El marido de Brenda, Diego Álvarez, con quien ella tenía dos hijos, agredió al Guajardo y montó un espectáculo de dolor ante las cámaras televisivas, “ruego que aparezca”. El martes 16 de julio, apareció. Al principio hubo dudas de que aquel cuerpo destrozado y calcinado fuera el de la joven albardonera. El lugar donde lo encontraron se ubica a 5 kilómetros de la zona de desaparición, El estado de ese cuerpo humano hacía irreconocible la identidad a simple vista: un cráneo ennegrecido, un torso, una tibia y un puñado de huesos de animales. Todo mezclado, enterrado y quemado.

Los pesquisas habían llegado ahí por la información de dos adolescentes que no se amedrentaron y declararon haber visto a Diego Álvarez "haciendo fuego" en el medio del campo. Los había corrido del lugar y hasta les dio plata a cambio de silencio, que por ventura rompieron. El marido de Requena, carnicero y cuatrero, casi había engrupido a la sociedad hasta ese momento.

Luego de ese hallazgo clave, el amante José Guajardo tuvo un mano a mano con DIARIO DE CUYO, en el que refrendó todo lo que dijo ante la policía. Dio detalles del día en que todo comenzó y también lo que vio pero no se animó a intervenir. Guajardo huyó del lugar cuando el marido de Brenda llegó. “Nunca yo pensé que el guaso la había matado, pensé que se podía haber escapado” dijo. Más tarde, sería imputado por “omisión de auxilio”, al no haber ayudado a Brenda a salvaguardarse del ataque de Álvarez.

Con cara de perro mojado,  el entonces principal sospechoso y actualmente imputado por homicidio doblemente agravado, llegó a Tribunales. Los encargados leyeron las pruebas y la acusación que pesa contra él. No dio declaraciones y fue trasladado al Penal de Chimbas, donde se encuentra alojado desde entonces.

 

Fabiana Agüero, un tiro de gracia y donde el asesino se mató 

Es el más reciente de los casos de muerte de una mujer en manos de un hombre decidido a matarla por el vínculo que los unía. El 13 de diciembre, una amiga de la víctima, que se encontraba en el edificio ubicado en inmediaciones de Alem y 9 de julio, escuchó la estridencia de dos disparos. Él tenía 71 años, ella 55. Él era de Italia y ella de Caucete. Eran pareja desde hace 3 años. Ella había aludido diferencias irreconciliables y decidió poner fin a la relación. Él decidió poner fin a su vida.

Rogelio Schiaroli concurrió a la casa de su ex, Fabiana Agüero, con un arma calibre 22, similar a una carabina recortada, la llevaba en una caja blanca. Subió hasta el sexto piso del edificio donde habían vivido juntos, hablaron un rato, ella mantuvo su posición en cuanto al distanciamiento definitivo y el bajó hasta el auto, recogió el arma de fuego y subió una vez más. Eso fue todo, así se robó la vida de una mujer, que además era madre de 4 hijos.

El asesino se pegó un tiro, perforó su cráneo apenas por arriba de su oreja derecha pero no fue lo suficientemente certero en ese instante y lo dejó vivo. Recién falleció después de dos días de agonizar. Lo que también significó que la causa judicial fuera archivada.