Ingresó en el 2004 con sólo 20 años y hoy, Natalia López es una de las operarias de CAT con mayor trayectoria. La historia de esta iglesiana está llena de particularidades. Presentó su currículum y postuló para ser secretaria administrativa. Si bien no quedó seleccionada para el puesto, la suerte dio una vuelta de tuerca y le ofrecieron ser operaria de los camiones gigantes.
El asunto fue que Natalia no sabía manejar. “Todo lo que una persona aprende al momento de conducir, yo lo hice a bordo de un Caterpillar. Recuerdo que en mis primeras clases mi instructor me llamaba la atención porque yo no ponía el guiñe de giro, me preguntaba: ¿Para qué si no viene nadie detrás mío?”, comentó Natalia.
De esas clases aprendió sus mejores lecciones. Hoy no conduce ningún tipo de vehículo sin ponerse el cinturón de seguridad o respetar la velocidad correspondiente. “Trato de transmitir esas reglas porque la verdad es que la gente maneja muy mal, pocos usan el cinturón por ejemplo, que es el que puede salvarte la vida”, detalló la chica.
Las peculiaridades en la vida de Natalia no quedan aquí. Cuando baja de la mina y llega a Iglesia retoma su trabajo de canillita, tarea que realiza desde hace 14 años. “¿Cuándo sale la nota?, mirá que yo también reparto diarios”, dijo Natalia al concluir la entrevista.
