Por la mañana, funcionarios del gobierno y hasta el propio gobernador intervinieron en el conflicto de Rivadavia, donde unas 70 familias ocuparon el predio en la calle Comercio y armaron un asentamiento. Todo parecía en paz y hasta hubo un principio de acuerdo, según fuentes oficiales, para desalojar el lugar. Pero el grueso de la gente no se fue y anoche hubo hasta quienes dijeron que los estaban desalojando por la fuerza.

Temprano, fue evidente el enojo del intendente de Rivadavia, Elías Alvarez, con la Policía de San Juan por no desalojar a los ocupantes. "Si a usted le están robando la cartera, la Policía ¿va a esperar 48 horas para perseguir al ladrón? Bueno, con los usurpadores es lo mismo: la diferencia es que en vez de robar una cartera, están robando tierra que no les pertenece", había dicho el intendente respecto del accionar policial. Mientras tanto, dos patrulleros, una movilidad de la Guardia de Infantería y efectivos de la Policía Montada, permanecían en las cercanías del asentamiento para impedir que se instalaran más familias en el descampado, pero sin poder desalojar porque al tratarse de un terreno privado, es necesaria la denuncia del dueño y no la del intendente municipal.

Ayer por la mañana, la situación en el asentamiento no era muy diferente de días anteriores. Las mujeres iban y venían trayendo agua desde las casas cercanas, mientras decenas de chicos correteaban entre los alambrados y los efectivos policiales, que llegaron temprano al lugar, comenzaban con el relevamiento "ordenado por la superioridad de la fuerza", según dijo el oficial a cargo. Casi al mediodía, un patrullero trasladó a tres personas del asentamiento para que mantuvieran un diálogo con el jefe de Policía. Una de ellas, Viviana, contó luego que el propio jefe les transmitió las palabras del gobernador Gioja sobre su caso. "Nos dijo que tengamos fe y paciencia, que pronto van a encontrar una solución a nuestro problema", dijo. Más tarde, hasta desde el entorno del gobernador eran optimistas porque dijeron que finalmente se estaba empezando a descomprimir la situación en el predio de calle Comercio.

Según explicaron, se hizo un relevamiento de todas las familias para considerarlos como aspirantes a vivienda en futuros barrios. También se les explicó que quienes no desalojaran pacíficamente, no tendrían esta posibilidad. Pero a pesar de esos avances, hubo gente que seguía anoche en el asentamiento en medio de versiones de un desalojo forzoso.