Sin sombreros de pajas, ni jardinera de jeans, pero con el mismo entusiasmo y dedicación que un granjero, los niños juegan a ser dueños de los animales. Los alimentan, les dan agua y hasta montan caballos. Esto es lo que se puede hacer en las granjas educativas que hay en la provincia y que se convirtieron en uno de los puntos más elegidos para las vacaciones de invierno. Sobre todo para las familias que buscan la naturaleza.
Los animales de las granjas no tienen descanso, es que además de recibir a las escuelas en época de clases, durante vacaciones ya tuvieron miles de visitantes. Sobre todo niños curiosos, a los que les encanta estar en contacto con la naturaleza y que hasta se animaron a preguntar sobre las distintas especies.
Lejos del ruido de las maquinitas de video juego y sin el bullicio de los patios de comidas llenos de gente, los niños se divierten de igual manera. ¿Cuánto tiempo tarda en romperse el huevo de un ñandú? o ¿cuánto pesa un chancho al nacer?, fueron algunas de las consultas que los chicos hacen al jugar a ser granjeros.
Con pequeños fardos de pasto, con hojas secas que caen de algunas plantas y sin tener miedo a los dientes de los animales, los alimentan. Apoyados sobre los troncos de los corrales, hasta los llaman por sus nombres y les dan agua.
Reina y Princesa, dos cabras de la Granja Tía Nora de Albardón, son las estrellas de la tarde. Los chicos se acercan a ellas para acariciarlas. Ellas, dentro de su corral, muestran la rapidez con la que se mueven. Y mientras en ese sector de la granja, los chicos se ríen sin parar, en otro punto, los papás pueden cosechar aromáticas y algunas verduras orgánicas.
En otro de los circuitos que los niños no dejan de admirarse es el llamado El Rosal, también en Albardón. Nala, una puma de mirada penetrante es la gran atracción, junto a una decena de conejos de varios colores. La Granja El Mogote, en Chimbas, es otra de las que recibe a muchos chicos. La vaca Tita y los pavos reales son los mimados de ese lugar, mientras que en El Martillo, en Rodeo, las llamas son el centro de las miradas de los visitantes.

