Los bebés menores de 6 meses deben ser resguardados de toda exposición a los rayos UV, ya que su piel es más delgada y es incapaz de producir melanina para protegerla. Además esta piel es menos capaz de refrescarse por sí misma, por eso una quemadura solar accidental a esta edad puede transformarse en una emergencia médica. Por otra parte los bloqueadores, aun los hipoalergénicos, contienen químicos que pueden provocar reacciones indeseables en la frágil piel de los bebés.
 
Para prevenir complicaciones hay que evitar la exposición al sol directo entre las 10 y las 16 horas, que es cuando los rayos del sol caen más perpendicularmente a la superficie terrestre. Por ello si se va al mar se recomienda "no ir’ a la playa en esas horas, ya que la radiación es igualmente perjudicial.
 
Vestir al bebé con sombrero o gorrito de ala ancha (no de jean ni lona) y ropa de algodón de colores claros. Acostumbrarlo al uso de anteojos de sol con protección UV.
 
Si el niño es mayor de un año, siempre en los horarios permitidos, lo que hay que hacer es colocar sobre todo su cuerpo pantalla solar con un filtro de 40 o 50 hipoalergénico y renovar la aplicación cada 30 minutos.