Activistas pro democracia en en la plaza Tahrir de El Cairo prometieron ayer seguir manifestándose si el Consejo Militar Superior, que ahora gobierna Egipto tras la salida de Hosni Mubarak, acepte su agenda de una reforma democrática.

Multitudes alborozadas celebraban la renuncia de Mubarak y pedían que las fuerzas armadas cumplieran sus demandas, incluyendo la disolución del Parlamento y la derogación de las leyes de emergencia usadas por el ex líder para aplastar a la oposición y la disidencia.

"Los militares están con nosotros pero deben concretar nuestras demandas. Las revoluciones a medias matan a las naciones", dijo el farmacéutico Ghada Elmasalmy. "Ahora sabemos lo que nos corresponde, cuando haya injusticia, vendremos a la plaza Tahrir", aseveró