Crónica de una muerte anunciada. Así podría titularse la novela que protagonizó la Revisión Técnica Obligatoria (RTO) para vehículos particulares desde que se comenzó a exigir en julio del 2010 hasta ahora. Finalmente, y luego de modificaciones, postergaciones y de la saturación de los talleres que provocaron que la gente hiciera colas de hasta 26 horas para conseguir un turno, se suspendió su exigencia hasta nuevo aviso, por falta de infraestructura. Así lo anunció el secretario de Servicios Públicos, Daniel Campos, quien admitió que ‘se desconoce a partir de cuándo se volverá a exigir el trámite‘, porque hace falta casi el doble de infraestructura para prestar el servicio. Dijo que actualmente hay 5 líneas de revisión, y que hace falta entre 3 o 4 más.
Campos responsabilizó a los tres talleres que hay en la provincia habilitados para prestar este servicio, de ser los causantes de la decisión que tomó el Gobierno, ante la queja de los conductores por hacer horas de cola para conseguir un turno y poder cumplir con este requisito. ‘Los talleres no respondieron a la altura de las circunstancias, no ampliaron las instalaciones y manejaron mal los turnos. Todo eso provocó el caos. Recién cuando haya la infraestructura necesaria para satisfacer la demanda, se volverá a exigir la RTO‘, dijo el funcionario.
En el pasado mes de febrero, en el que la demanda ya había comenzado a saturar los talleres, Campos anunció que el Gobierno estaba analizando la posibilidad de crear talleres provinciales que pudieran extender la oblea de RTO. El funcionario dijo que tenían un protocolo con las características técnicas que debían tener los mismos, y que en cuanto se aprobara el proyecto se llamaría a licitación. Ayer, cuando DIARIO DE CUYO le consultó sobre este tema, no quiso hacer declaraciones.
Por su parte, los propietarios de los talleres habilitados para hacer la RTO, responsabilizaron al Gobierno de ser el causante del caos que se generó en sus locales. Dijeron que actuó con poca seriedad y que no aportó nada para que se mejorara la infraestructura existente.
‘Cuando el Gobierno convocó a los propietarios de los tres talleres para que comenzáramos a hacerle la RTO a los vehículos particulares, yo pedí que nos dieran formalmente la concesión del servicio como mínimo por tres años, para tener la seguridad de invertir en nueva maquinaria y poder amortizar el gasto, que ronda los 70.000 euros. Pero no quiso y todo quedó en la promesa que la exigencia de la RTO no se iba a suspender. Por esta falta de garantía, decidí no ampliar las instalaciones y me quedé con la única línea de revisión que tenía‘, contó Mario Castro Bazán, propietario del taller que se encuentra en Capital.
Quienes sí ampliaron sus locales, fueron los propietarios de los talleres que están en Santa Lucía y en Rawson. Agregaron una línea de revisión más a la que ya tenían y contrataron más personal para la atención de los clientes. ‘Pedí un crédito a tres años para poder poner otra línea de revisión y tripliqué la cantidad de empleados.
No sé qué voy a hacer ahora. Y la culpa no es nuestra. Primero es del Gobierno que anunció la exigencia de la RTO, después la suspendió, luego la puso en marcha y la postergó. Además, la gente también es responsable de la saturación en los talleres porque esperó a que la Policía comenzara a hacer multas por la falta de este requisito para recién venir a hacer la revisión. En septiembre le tocaba a los autos cuyas patentes terminan en 5, y todavía traen vehículos terminados en 0, 1, 2 , 3 y 4. Por culpa de esos morosos se saturaron los talleres‘, dijo Ariel Manrique, del taller de Rawson.
En tanto el jefe de Policía, Miguel González, dijo que no es competencia de esta Fuerza el comunicarle a la población sobre la suspensión de la exigencia RTO, y que es la Secretaría de Servicios Públicos quien debe hacerlo. De todos modos, dijo que ni bien el Gobierno le comunicó esta nueva medida (el domingo pasado), se dejó de exigir este requisito en los operativos.

