“Me encantan los viajes gitanos terrestres, esos que desde que salís vas con la libertad de bajarte en cualquier lugar que te guste, un río, un artesano, un pueblo”.

 

 “He vuelto a escribir, que es una de las cosas que más me gustan y por suerte he tenido la satisfacción de obtener premios de la Casa de Sarmiento y la SADE”.

 

 “Aprendí a escuchar a los mineros, a conocerlos y a recordar cada detalle importante que me hubiesen transmitido. Pero lo fundamental es que los quiero y eso lo perciben”.