Susana Castro tiene 24 años y dos hijos de 6 y 4 años. Desde hace un mes y medio se animó a concretar un proyecto ‘riesgoso‘, como lo describió, y después de presentar varios curriculum en empresas de limpieza sin tener suerte.

Instaló una verdulería en la Plaza María Madre de Dios, del barrio Aramburu en Rivadavia, pese a saber que estaba prohibido. Lo mismo hicieron Jorge Oropel y Julio Ovalles que también usurparon paseos públicos en Rivadavia y Capital para instalar verdulerías aunque, a diferencia de Susana, llevan 18 y 25 años, respectivamente, con esta actividad prohibida por ordenanza en ambos departamentos. Sin embargo desde las comunas nadie controla.

‘Estuve 18 años en el terreno donde van a hacer el Centro Cívico de Rivadavia de donde me corrió el municipio cuando iban a comenzar a arreglarlo. Me dijeron que me pasara a la plaza de enfrente hasta que me dieran una solución. Hace un año y medio que estoy aquí y fui a pedir autorización para quedarme en la plaza a cambio del pago de un impuesto. Nunca me dieron una respuesta, pero tampoco vinieron a sacarme‘, contó Jorge Oropel que instaló su verdulería en la plaza del Barrio Camus.

Carlos Torés, a cargo del área de Comercio de la Municipalidad de Rivadavia, confirmó que ‘hay una ordenanza municipal que prohíbe la instalación de negocios, que no sean kioscos, en las plazas. Pero no pudo justificar por qué el municipio no la hizo cumplir en este caso. Por su parte, Ana María López Herrera, la intendenta electa, dijo que va a hacer respetar esa ordenanza ‘porque la ley debe ser pareja para todos y sin distinciones de ningún tipo‘.

En Capital también existe una ordenanza como la de Rivadavia, según confirmó Rogelio Cerdera, del municipio capitalino, sin embargo Julio Ovalles lleva 25 años vendiendo verdura en la Plaza Hipólito Yrigoyen. Respecto al tema el funcionario sólo dijo que ‘cuando terminen los trabajos de remodelación en esta plaza se va a obligar a que este hombre se retire del lugar‘.

Por su parte, el verdulero sostuvo que está dispuesto a pagar impuestos, limpiar la plaza y hasta oficiar de sereno para que le permitan seguir en esta paseo, ya que ‘la verdulería le da trabajo a tres familias‘.