Ocho cafés y un ‘que no se corte‘

Fue como si de pronto los ocho se dieran cuenta de que estaban frente al germen de un grupo. Y no lo desaprovecharon. Intercambiaron números de teléfono, de direcciones de correos electrónicos y dieron el puntapié inicial para que lo que venían haciendo en forma individual, a partir de ahora fuera una acción grupal.

Así, lo que empezó como una entrevista periodística, se transformó con el paso de los minutos en la gestación de una posible ofensiva social para hacerle frente a una problemática social que parece no tener solución. Una situación que me sorprendió gratamente.

La primera en llegar fue Marité Frau, mientras que Alfredo Castillo arribó con lo justo, segundos antes de comenzar el debate. El compromiso de los ocho fue increíble y de hecho, Claudia confesó que tuvo que dejar a su bebé de un año en casa de un familiar, Marité dejó pendiente un compromiso en Mendoza, mientras que Patricia y Aníbal tuvieron que pedir reemplazos laborales.

Mucho para pulir, mucho para discutir, mucho para pelear. Esta fue la conclusión a la que arribaron hacia el final y un ‘que no se corte‘, para ponerle punto final al encuentro.