El clima de celebración que hubo anoche en el Cantoni fue por toda clase de regalos que fueron apareciendo.

Los primeros fueron los menos deseados, los que le dieron los jugadores argentinos a los chilenos para que se pongan en ventaja (lo mismo que sucedió ante Italia).

Los que vinieron después fueron los que la gran mayoría esperaba en el Cantoni. Porque el 4-1 con el que se fueron al descanso, fue otra demostración de la clase de guerreros que hay en la Albiceleste. Guerreros con un espíritu de lucha en conjunto que volvió a contagiar a esas tribunas que festejaban cada gol-regalo o atajada-regalo.

Los festejos fueron obsequios con dedicatorias personales. La actuación final del equipo terminó con el regalo de la victoria más abultada de los cuatro partidos que disputó hasta ahora la Albiceleste y también la de los cuatro partidos de Cuartos.

Terminaron siendo los jugadores argentinos los regalones. Por lo que dieron, pero también en el sentido de mimados por la gente.

Lisandro Peyran – Diario de Cuyo