Viejo zorro, Américo Gallego esperó que fueran por él y disfrutó del sabor de la venganza. Lo aguardó a Comparada y compañía para decirles que gracias, pero que no vuelve. Que no les va a dar la mano que ésta dirigencia y un impresentable manager como César Menotti le negaron hace sólo 127 días, al decidir no renovarle el contrato.

El Tolo mostró su orgullo, pero también fue políticamente correcto con el hincha del Diablo, ese que lo aclama más ahora que incluso cuando estaba en el banco. Se reunió junto a su representante con el secretario del club y les dio la respuesta que menos querían y, acaso, esperaban los dirigentes. Mañana el Libertadores de América será una caldera y Gallego volverá a gozar de los privilegios de ser el último DT que sacó campeón a un erosionado Rey de Copas.

Por Gerardo Alaniz