Beatriz della Motta (ex Directora del Instituto de Expresión Visual de la UNSJ)

– “El caso de esta película es muy especial e inexplicable. Se puede explicar, solamente, por ser un mito, que va más allá de las razones estéticas y de la misma racionalidad.

Tiene valores superlativos para tener esa supervivencia milagrosa, como el hecho de tener una Ingrid Bergman joven, hermosa y altísima, un duro entre los duros como era Humphrey Bogart, el contexto histórico y sufrido de la guerra, y la canción Según pasa los años que se hizo famosa…Casablanca merece ser un mito por su atmósfera de consagración´.

Cristina Pósleman (Profesora de Filosofía y miembro del Instituto de Expresión Visual de la UNSJ)

– “Este film habla de un cine que no tiene escenas que representan o cuentan una historia, sino que cristaliza imágenes, un concepto del filósofo Gilles Deleuze que se refiere a salir del tiempo lineal para volver a hechos como la resistencia, la denuncia….; todos acontecimientos imposibles de narrar, como la experiencia inhumana de la guerra y el amor de los protagonistas que el director también relata como inviable.

También entra en el marco del cine bélico, donde la guerra es el plano donde se construyen las escenas´.

Carlos Cerimedo (coordinador de Ciclos de Cines de Filosofía, de Verano y Bib. Franklin)

– “La tengo entre mis cinco producciones favoritas. Es una de las grandes películas que hay que ver, está considerada un clásico, es la más querida de Estados Unidos. La Warner tenía previstos otros protagonistas no a Bogart ni Bergmar, pero menos mal que fueron ellos sus intérpretes. Para ellos, esta producción fue un antes y después; al igual que para la industria del cine. Personalmente, es el texto con su intriga, su acción y su romance lo que potencia el drama y hace que brille pese a los años´.