Pocas horas después del terremoto de 1944 los empezaron a buscar. Nadie sabía de su paradero, aunque muchos intuían cuál podía ser el final. Los sacerdotes que atendían el Oratorio de San Pedro en El Mogote, Chimbas, no estaban por ningún lado y tampoco el dueño del terreno. Los días fueron pasando y la esperanza de encontrarlos con vida se fue apagando. A las semanas, con la reconstrucción ya en marcha, hallaron los tres cuerpos bajo los escombros. Es por eso que al tomar la decisión de levantar nuevamente el oratorio, los restos de Pío del Corro, Pelagio Luna y Pedro Rodríguez fueron enterrados a los pies de San Pedro.

Las primeras tareas evangélicas dadas a la comunidad estuvieron a cargo de los padres Pío y Pelagio, quienes venían a San Juan en las vacaciones y encontraron la muerte. "Ellos fueron los primeros en venir a esta zona con la palabra del Señor. Después también llegó el padre López Soler", recordó Elsa López, una de las mujeres del grupo de oración.

El templo que tiene San Pedro, en Chimbas, es uno de los más lindos de la provincia. Su construcción de adobe revocado y el campanario en su fachada le otorgan un estilo colonial como ningún otro. En su interior, la imagen de San Pedro resalta sobre el resto gracias a que está colocado en la cavidad de la pared. A sus pies, una cruz sobre el piso marca el sepulcro de los tres hombres que murieron en 1944. Mientras que a un costado del edificio, una gran arboleda de añosos pinos convierte al lugar en un santuario digno de conocer.

"Son muchas las personas que vienen al lugar porque les llama la atención la capilla. Ese es el primer gancho", dijo Elsa. El Oratorio de San Pedro, situado en la pintoresca localidad de El Mogote, es el más antiguo del departamento. Su origen data del año 1865, época en que un lugareño erigió el humilde templo sobre las ruinas de una antigua edificación. El 17 de abril de 1910 quedó oficialmente inaugurado, construyendo en aquel entonces el epicentro devocional de Chimbas.