Una vez más las zanjas aún abiertas por la retrasada obra de pavimentación del lado Norte de avenida Libertador entre Aberastain y Gendarme Romero, en Rivadavia, se convirtieron en una laguna. Hace poco más de cinco meses, los vecinos de ese lugar reclamaron porque, además de los inconvenientes que vienen padeciendo por la obra, se rompió un caño que ocasionó la inundación de toda la zona. Ahora, se volvió a romper otra cañería en el mismo lugar. Si bien desde OSSE informaron que no se trata de un problema con la obra de renovación de cañerías sino de una pérdida en una de las conexiones domiciliarias, nuevamente un tramo de más de 50 metros de calle quedó inundado.
Un chorro constante de agua potable recorría ayer por la mañana la calle. El problema comenzó el domingo, según contaron los vecinos, y ayer hicieron los reclamos a OSSE, desde donde confirmaron estar al tanto del tema y aseguraron una pronta solución. "Hace unos días que arreglaron un caño, compactaron todo y otra vez estamos con la calle llena de agua. Lo bueno es que alguien hizo una zanja y ahora con esa agua se están regando los árboles que se estaban secando", se quejaba Laura, una de las vecinas.
Según las familias Leveque, Postigo, Sirerol y Lago, algunas de las más afectadas, los reclamos se hicieron el lunes a la empresa Menin, que es la encargada de las obras en el lugar. Pero sostuvieron que la respuesta fue que se trataba de un problema de OSSE, por lo que llamaron a esa entidad para hacer la queja.
El plazo para la obra de ensanche y renovación de cañerías de la Libertador venció hace un año y tres meses. En ese lapso de tiempo, hubo varios problemas con las cañerías. En abril del año pasado, a escasos cien metros hacia el Oeste del sector que ahora está inundado, un tramo de calle recién pavimentada del carril Sur colapsó (a sólo 15 días de haber sido inaugurado) por la rotura de un caño de agua potable, también nuevo. En junio otra rotura en ese lugar originó un estudio pericial a cargo de la UNSJ para ver los motivos del problema.
Dos meses después comenzaron los inconvenientes con la cañerías ubicadas un par de cuadras hacia el Este. Allí los vecinos siguen sin pavimento, están cercados por montículos de tierra, pozos profundos, basura y agua estancada.

