El sismo que provocó la sorpresiva paralización en Chile de los trabajos en Pascua por problemas ambientales, y que ya se cobró el puesto de tres ejecutivos claves dentro de la estructura de Barrick Sudamérica, tuvo ayer otra réplica de alto impacto para el mundo minero y en especial para San Juan: presentó la renuncia el gerente general del Distrito Frontera a cargo de la mina Veladero y el proyecto Pascua-Lama, el peruano Dante Vargas. Fuentes calificadas dijeron que la dimisión, al igual que en los casos anteriores, le será aceptada y el cargo ‘’muy pronto’’ será ocupado, aunque no precisaron la fecha.

Una semana atrás habían tomado el mismo camino el presidente de la minera para la región Sudamérica, el argentino Guillermo Caló (había llegado a ese cargo en octubre del 2012), y los ejecutivos Robert Mayne-Nicholls y Rodrigo Jiménez, tres pesos pesados dentro del esquema gerencial de la empresa en esta parte del mundo.

Es que cuando parecía que la minera canadiense se había repuesto del fuerte remezón, la salida de Dante Vargas volvió a poner en el tapete el grado de impacto que tuvo -y tiene- puertas adentro de la compañía el nuevo traspié en el proyecto binacional, y que nadie se atreve a asegurar que sea la última salida.

Vargas fue uno de los timoneles en el buen andar de la mina sanjuanina Veladero desde que llegó en el 2008 y su figura dentro de la compañía fue muy bien considerada, al punto que su nombre sonó para ocupar otros cargos gerenciales dentro de la minera pero fuera de las oficinas de Sudamérica, lo que hubiera significado todo un salto para sus aspiraciones personales.

Además su rol de mando para ponerse al frente de casi 16.000 personas vinculadas a los dos proyectos lo erigieron en un ejecutivo con cada día más peso dentro de las primeras filas en Sudamérica.

Pero claro, las desinteligencias que tuvo Barrick con el proyecto Pascua-Lama, que en un primer momento obligaron a tercerizar la construcción entregando esa tarea a la sociedad Fluor-Techint por desfasajes en los costos; y luego los recientes problemas ambientales detectados en el lado chileno y que la Justicia se valió para frenar Pascua, también empañaron su imagen a pesar que la responsabilidad en este caso no recaía sólo en sus manos.

Impacto puertas adentro

Otro aspecto distintivo de la renuncia de Vargas, es que en el día a día su presencia en las minas (Veladero y Pascua-Lama) era más cotidiana que la de los otros ejecutivos que dejaron Barrick en estos últimos días. Es decir, se prevé que su salida cale hondo en la masa de trabajadores y también en las segundas líneas gerenciales, donde era muy valorado por su idea de trabajo en equipo, explicaron fuentes confiables.

Además fue un directivo con buena sintonía con las autoridades mineras locales, que hasta anoche no acusaron recibo de este nuevo movimiento de piezas.