-¿Qué trabajos llevan a cabo dentro de la fundación acerca de la minería?
-Desde la fundación venimos trabajando en el rubro de la conflictividad minera desde el año 2003. Desde el comienzo de nuestros trabajos, reconocimos la necesidad de abordar esta problemática con un enfoque basado en la transformación democrática de los conflictos mediante procesos centrados en el diálogo. El gran objetivo, entonces, era la conformación de una Mesa Nacional de Diálogo sobre el desarrollo de la actividad, y los conflictos que ésta suscitaba. Aunque en su momento no pudimos cumplirlo.
-¿De qué forma el diálogo podría transformar los conflictos mineros y revertir la situación?
-Históricamente, el conflicto minero ha estado dominado por la polarización. Los procesos de diálogo son un elemento clave para generar espacios en los cuales se comience a intercambiar información, a fomentar la conversación y el respeto mutuo con aquellos que pueden o no pensar como uno, pero que están dispuestos a sentarse en una mesa con quien nunca pensaron en sentarse.
-¿Cuál es el camino más indicado para lograrlo?
-Para esto, el proceso previo de generación de las condiciones necesarias es un paso fundamental. La re-construcción de las percepciones y los supuestos generados en el conflicto, la interacción con “el otro” y el intercambio de información como forma de obtener un “piso” para la discusión son elementos fundamentales.
