San Juan, 26 de Septiembre.- El ministro de Salud Pública, Oscar Balverdi, manifestó en la mañana de hoy los motivos que provocaron la denuncia de su repartición contra Fabricio Fernández, el hombre que dijo llorar sangre y tener poderes sanadores. Patologías psiquiátricas y una enfermedad contagiosa, de la que no dio precisiones por el secreto médico, dejaron al hombre tras las rejas.

“Según nuestros registros, consideramos que podía ser peligroso para la salud de la población. Al hablar de sangre y que a través de ella podía curar, entendimos que podía complicar a otros y era necesario tomar medidas para proteger a la gente”, dijo al mismo tiempo que evitó dar mayores precisiones sobre la patología del paciente, aunque aclaró:”tiene una que puede contagiar a la gente”.

Además de su enfermedad, Fernández cuenta con antecedentes psiquiatricos, que según Balverdi a priori podrían ser definidos como “delirios místicos”. “Este hombre estaba en tratamiento, lo abandonó y no volvió nunca a las consultas”, dijo el funcionario.

El hombre de 32 años quedó alojado anoche en la Central de Policía por explotar la fe pública, contemplado en el artículo 156 del Código de Faltas y ahora deberá esperar la determinación del juez que intervenga en la causa.