DIARIO DE CUYO consultó a dos especialistas locales que explican la incidencia que tienen las partículas de polvo y roca que quedan en el ambiente luego de una explosión. Sectores ambientalistas afirman que “esas partículas contaminan los ríos y son altamente nocivas para las personas que se expongan”. El geólogo Julio Rios Gómez, señaló que “las partículas quedan en el aire unos 6 minutos como máximo y por más que haya viento fuerte no vuelan más de 1500 metros. Además, las partículas son algo menos del 5% del volumen que se detona y las personas que están cerca tienen todos los elementos de seguridad para que no aspiren ese polvo. Otro tema que a la gente le tiene que quedar claro, es que lo que vuela por los aires es ni más ni menos que elementos de la misma corteza de la tierra y por más que la explosión se haga con nitrato de amonio y gasoil, no hay que olvidarse que el químico que se utiliza es el mismo que se usa como fertilizante y no tiene por qué alterar nada”. Por su parte, el biólogo Marcelo Jordan, dijo que “son muchas las variables que hay que tener en cuenta para determinar los posibles efectos que pueden tener las partículas. Por ejemplo, el tamaño de la partícula, dónde cae esa partícula. Si cae sobre el mismo suelo o si se posa sobre el hielo tal vez puede favorecer un derretimiento más rápido. Si el tamaño de la partícula es más pequeño, permanece en suspensión y puede llegar a tener, tal vez, más incidencia en la salud del ser humano”.