Tras el descenso y vuelta a la B Nacional de hace tres temporadas atrás, siete técnicos guiaron al Verdinegro. El primero fue Marini. Con él el equipo estuvo arriba, pero el “Pomelo” se fue a Chile, pasó un muy breve interinato del Roly Rodríguez, y Néstor Craviotto volvió buscando encausar al equipo, pero murió en el intento y debió marcharse antes de finalizar torneo.

A la siguiente temporada, la ‘09-‘10, Enrique Hrabina fue el escogido. Con Quique se consiguió históricamente la mejor campaña, llegó a sacarle 8 puntos al segundo al cierre del primer semestre, sin embargo en la recta final se pinchó y la dirigencia dio una vuelta de mando. Retornó Teté Quiroz, el mismo que lo puso en Primera años atrás, pero no pudo hacer nada.

Hasta que llegó la edición 2010-2011, la que le tenía preparado un premio. Darío Franco fue el escogido, con un plantel que en su mayoría eligió la dirigencia. Todo parecía felicidad, hasta que le encontraron la vuelta a su apuesta táctica y la dirigencia decidió pegar un volantazo. Entonces apareció en acción Garnero, con él se redobló la apuesta y el resultado que se persiguió, llegó.