Tenía 12 años cuando un atentado de la ETA le cambió la vida de cuajo. A la edad en la que debería haber estado corriendo en una plaza, Irene se quedó sin piernas y sin tres dedos de una mano. Pero esto no la detuvo. La mujer, que nació en España, con el tiempo se convirtió en una reconocida periodista, en esquiadora y ahora recorre el mundo transmitiendo su experiencia de vida y dando charlas motivacionales y de liderazgo. Se trata de Irene Villa, que llegará a San Juan el próximo lunes 15 de abril y dará una conferencia a las 19,30 en el Auditorio Eloy Camus, en el Centro Cívico. El encuentro está auspiciado por la UCC.

"Mi vida ha sido siempre una aventura. Una lucha continua llena de obstáculos, pero también de recompensas. Siempre busco nuevos retos porque nunca pierdo la pasión", dice Irene. Y tanta es la fuerza que contagia, que hasta se anima a contar que le llegaron a decir que sus reflexiones ayudan más que el psiquiatra. "Es increíble la enorme satisfacción de quitar peso o sentimientos negativos a quienes van a escuchar", agrega Irene, que está disfrutando de su reciente maternidad a sus 34 años. Tiene un hijo que se llama Carlos.

Con una potente formación académica, ya que estudió Comunicación Visual, escribió guiones, libros y pasó por la carrera de Humanidades y Psicología, esta española se dirige a la gente de manera directa y usa su experiencia para transmitir valores. No se siente una discapacitada y asegura que los límites sólo están en la cabeza. Tanto así que hasta integra un equipo de esquiadores y participó en varias competencias. Pero en esta carrera no se encuentra sola. Juan Pablo, su esposo que es argentino, la acompaña incondicionalmente. Incluso dice que él la ayuda a llevar adelante su maternidad. Andariega por naturaleza y amante de la adrenalina desde chica, después de la explosión de la bomba que colocaron en el auto de su madre en el que ella estaba, lo más desafiante fue volver a andar. "Aprender a mover dos prótesis pesadísimas fue una aventura, pero también lo fue superar barreras que aún existen en nuestra sociedad", dice Irene, que un año después del atentado, en 1992, recibió el premio "Niños de Europa", de la mano de Lady Di, en Londres.

Hoy, la española integra el equipo Santivieri de Esquí Alpino Adaptado. "Con el esquí hay sensación de velocidad, de independencia, de ser dueño de tu propio rumbo", asegura.

Mujer multifacética si las hay, Irene también integró organizaciones que luchan contra el terrorismo y todavía sigue colaborando con las asociaciones de las víctimas, porque el atentado fue una bisagra en su vida. A esto suma su colaboración en varios diarios, revistas y programas de televisión. Todo lo conjuga con las charlas que da en distintos puntos del planeta.

Ansiosa por llegar a San Juan y probar un buen vino, Irene dice que cuanto más conoce Argentina, más le gusta.