Doña Ana, hoy con 86 años, es una de las más antiguas habitantes del Barrio La Fraternidad. Su casa, ubicada en una de los cuatros vértices de Av. España y Monteagudo, es la que todos llamaron siempre “La Esquina” porque ahí se juntaron niños y adolescentes por siempre. Doña Ana, madre de cinco hijos (cuatro mujeres y un varón, hoy todos profesionales) y esposa de un maquinista (don Rafael, ya fallecido) fue siempre la “mamá” de todos. Con sus tortitas y panes caseros deleitó cuando joven. Hoy, respetada como siempre, vive su vejez en el mismo lugar, aunque con un panorama bien diferente a aquel, cuando nació el barrio y ella ya estaba.