San Juan, 31 de marzo.- Dicen que la fe mueve montañas y para muestra basta un botón. Unas 8 mil almas, 1.500 más que el año pasado, se acercaron hasta las Sierras Azules para ratificar su amor a Dios, en este domingo de Pascuas.
Nada les impidió llegar. Ni el frío tajante sobre la piel, ni la incesante lluvia, ni el cansancio, ni los dolores. Nada. Las camperas fueron vestimenta obligada y algunos tuvieron que recurrir a mantas, colchas, ponchos y pasamontañas para poder cumplir con el rito.
Y para todos valió la pena. La dura ascensión al cerro, la posterior homilía oficiada por Monseñor Alfonso Delgado y la constante invocación del Papa Francisco resultaron los momentos más emotivos de la jornada.