Miles de personas, en su mayoría jóvenes, concretaron esta madrugada una gran prueba de fe, al soportar las bajas temperaturas y la llovizna recurrente para participar de la misa pascual que año tras año se lleva a cabo en las Sierras Azules y que esta vez fue oficiada por el sacerdote Víctor Gallardo.

Camperas, bufandas, guantes, gorros, nada alcanzó para paliar el frío, pero las ganas de llegar y el compromiso hicieron que la multitud subiera los casi 1.700 msnm del cerro para participar del oficio religioso.