La peronóspora puede atacar todos los órganos aéreos de la vid y durante todos los períodos de su desarrollo. Se presenta en las hojas bajo la forma de “manchas de aceite” que no superan los 4-8 mm de ancho. Los ataques intensos provocan la desecación parcial o total, pudiendo producir una desfoliación que incide en la cantidad, calidad de la cosecha y hasta influye en la brotación del próximo período vegetativo. En el racimo se manifiesta con una pelusa blanca, tomando un color castaño, luego se arrugan y finalmente se desecan y caen. Existen otros hongos que producen síntomas parecidos, como es el oidium que recubre los órganos atacados con una pelusa blanquecina que se elimina al pasar un dedo, lo cual no sucede en el caso de peronóspora.
