La niña de 13 años, que el lunes pasado llamó al 911 para pedir ayuda porque su padrastro la obligaba a vender drogas, ya había dado señales del calvario que vivía junto a sus dos hermanitas. Aún así, el Estado intervino recién en la última denuncia que hizo la menor. Ahora, ella y sus hermanas se encuentran en un hogar transitorio de Desarrollo Humano. El padrastro y su madre están prófugos.

Hace dos meses la nena, que vive en el barrio La Estación, salió corriendo de su casa en busca de la policía porque su padrastro la estaba maltratando. Desde la Comisaría 6ta dijeron que esto sucedió, pero como no hubo denuncia formal, sólo intervinieron en el hogar para tranquilizar el ambiente y no avisaron a la Dirección de la Niñez.

Por su lado, una de las vecinas, Paola Montaño, afirmó que en otra oportunidad la niña ya había llamado a la policía para denunciar a su padrastro. Ante esta situación, Viviana Meglioli, al frente de Niñez, dijo que ellos sólo intervienen si la Policía les avisa del caso.

Según contaron los vecinos del barrio La Estación, desde que el novio de la madre de las niñas, Juan Eduardo Argüello, se instaló en su casa, la conducta de las menores cambió rotundamente. Tan es así que dejaron de ir a la escuela. Esto sucedió hace más de seis meses. “Las niñas dejaron de jugar con mis hijos y no fueron más a la escuela. Sabía que él les pegaba”, dijo Paola Montaño.

Ante esta situación, la abuela paterna de las nenas, María Teresa Alvarez, dijo que no sabía lo que ocurría en la casa de su exnuera, a pesar de que vive a pocas cuadras de su vivienda. “Lo único que me pareció raro es que las chicas no querían volver a su casa cuando venían los domingos”, dijo la mujer, mientras que su hijo, el padre biológico de las menores, Alberto Molina, le pidió la tenencia al juez Jorge Toro, que lleva la causa.