Pietro Parolin es un hombre de gran rodaje diplomático que conoce el mundo porque ha estado en varias nunciaturas (embajadas de la Santa Sede). Nació en la localidad de Schiavon, en la región del Veneto, en el norte de Italia, en 1955, y quedó huérfano de padre a los 10 años, por lo que su madre tuvo que criar sola a sus tres hijos. A los 14 años entró en el seminario, fue ordenado sacerdote en 1980, dos años más tarde llegó a Roma para estudiar Derecho Canónico en la Pontifica Universidad Gregoriana y posteriormente entró en la academia que forma a los diplomáticos del Vaticano.
Consigue licenciarse en 1986 y comienza su trabajo en las nunciaturas, primero en Nigeria y luego en México hasta 1992 cuando regresa a Roma a la Secretaria de Estado que guiaba Angelo Sodano.
En Roma se ocupa también de dirigir en este periodo Villa Nazareth, una institución benéfica que se ocupa de la formación de jóvenes sin recursos económicos.
En 2002 es nombrado subsecretario de Relaciones con los Estados y en estos años sigue directamente las negociaciones con el Gobierno de Vietnam, consiguiendo reabrir las relaciones diplomáticas con este país, así como también el dialogo con Israel y las aún no resueltas cuestiones jurídicas con este país. También se debe a su gestión, la carta que Benedicto XVI escribió en 2007 a los católicos chinos y en el que se intentaba llegar a un acuerdo con el Gobierno sobre el nombramiento de obispos se instaba a respetar la libertad religiosa. En 2009, Benedicto XVI le nombra nuncio de Venezuela con el intento de mejorar las relaciones entre el presidente de ese país, Hugo Chávez, y la jerarquía católica. Aunque lo nombraron ayer, Parolin no tomará posesión de su cargo hasta octubre ya que tienen que pasar 45 días para el cambio de mando.