La ansiedad le ganó a una mañana ventosa, por eso cientos de niños no dudaron y disfrutaron hasta el último minuto cada turno en la pileta. Aunque algunos tiritaron de frío cuando golpearon las ráfagas del Sur, no se les borró la sonrisa y hasta hubo batalla de cantos entre los grupos que esperaban para entrar y los que estaban dándose chapuzones. El primer día de las Colonias de Verano 2015 tuvo de todo un poco en el camping de Oficiales de la Policía, en el que 700 chicos de la Capital abrieron la temporada: además del "piletazo" jugaron al fútbol, al vóley, disfrutaron de desafíos, hicieron ronda de chistes y hasta recibieron a los Reyes Magos, que llevaron regalos.

Las colonias, que por décimo año organiza el Gobierno provincial, abrieron ayer y uno de los lugares que más participantes convoca es el camping ubicado en calle Doctor Ortega, pues además de los 700 chicos, asistieron 90 personas de las Colonias de Adultos Mayores y 40 discapacitados.

Dos de las tres piletas del complejo no dieron abasto, con turnos respetados a rajatabla, en los que realizaron distintos juegos recreativos, con o sin flotadores. "Para los chicos, no hay colonia si no están en la pileta. Esperaron tanto este día, que no podíamos suspender la actividad por el viento. La primera jornada fue para conocernos, hacer varias actividades y también para organizarnos. Son más de 800 participantes en el camping y la coordinación requiere de mucho esfuerzo", apuntó Zulma Yanadiel, responsable de la colonia de Capital.

En las canchitas, en tanto, los varones jugaron picaditos de fútbol y las chicas hicieron vóley, matizadas con acciones recreativas como relevos o bailes.

Los de menor edad, en tanto, aprovecharon la sombra de los árboles para jugar y cantar y sobre el mediodía, todos se reunieron en ronda para una sorpresa. Entonces aparecieron los Reyes Magos, cargados con bolsas de juguetes y golosinas. Y ahí nomás se armó una rueda de chistes, por lo que cada profe elegía a algún niño o niña que supiera contar chistes, que era la llave para recibir los regalos. "¿Qué hace un perro en un taladro?", preguntó el primero que se animó a pasar al centro de la ronda. "Está-ladrando", dijo rápidamente, para desatar los aplausos y risas de todos, en el cierre ideal del primer día.