Por los actos de vandalismo y robos que se producen fuera del horario normal en las escuelas, el gobernador José Luis Gioja anunció que se colocarán alarmas en los establecimientos como una medida para paliar la situación, a la que definió como "preocupante". Si bien no se informó cuándo comenzará la colocación de las alarmas, Gioja apuntó que será en "lo mediato", ya que la reparación de los sistemas eléctricos y la colocación de disyuntores ahora pasó a ser prioridad para el gobierno.
Se pudo conocer que en principio la idea es que las alarmas de las escuelas estén conectadas al sistema de emergencia 911, para de esa manera alertar a la policía inmediatamente. A su vez, se instalarán mayoritariamente en las del Gran San Juan, ya que en los departamentos alejados esta situación no es tan grave. "En Rawson, Chimbas y Rivadavia es donde más problemas tenemos", dijo Carlos Gil, secretario de Obras Públicas de la provincia.
"Estamos preocupados. Es alarmante el grado de vandalismo en las escuelas y por eso empezamos a actuar. Además de las alarmas veremos si podemos hacer algo también con la policía. He visto un informe y no se puede creer lo que está pasando en las escuelas", dijo Gioja.
Gil ayer afirmó que no manejan índices o cifras de actos vandálicos y robos en los establecimientos escolares, pero dio un parámetro al reconocer que "los pedidos de reparaciones superan nuestras capacidades". "Hay una agresividad extrema en las escuelas, no sólo por gente ajena a ella sino también por los mismos integrantes de la comunidad educativa", apuntó Gil.
Algunas escuelas públicas que habían sido blanco recurrente de robos ya cuentan con un sistema de alarma. Es el caso de la Agroindustrial 25 de Mayo, de Las Casuarinas, o la Hipólito Yrigoyen, en Desamparados, que el año pasado se salvó de un robo de 8.000 pesos en herramientas cuando los ladrones fueron pescados in fraganti al activarse la alarma.
En 2009, hubo varios casos de robos y vandalismo a escuelas que se hicieron públicos y que conmocionaron a la provincia, mientras que este año, el más grave fue el que sufrió la General Mosconi, en el barrio Camus (ver página 13).
"Hay casos puntuales que sirven para tener una idea de lo que está pasando en las escuelas. Pusimos bebederos de cemento y a los dos días los rompieron para sacar un pedacito de cobre de las canillas. Los baños ya parecen cárceles, pero igual se roban los inodoros y las canillas, aunque ahora son de plástico", apuntó el secretario de Obras Públicas.
Gil agregó que el reemplazo de vidrios rotos es uno de los problemas más comunes y que los daños se generan incluso en horario de clases. "¿Cuántos vidrios cambia uno en su casa? Quizá ninguno en años. Pero en las escuelas esto es de todos los días. En algunas escuelas decidimos poner policarbonato, pero en los turnos nocturnos les empezaron a hacer agujeros con los cigarrillos. Es un problema grave’, ejemplificó.
Algunos de los últimos casos conocidos

