Un conflicto vecinal en el barrio Bella Vista, en Pocito, terminó con cerca de 50 chicos sin poder jugar a lo que tanto aman. Es que un grupo de vecinos, con la autorización del municipio, limpiaron un terreno baldío para que los chicos pudieran tener su cancha de fútbol pero por diferencias con un vecino, las prácticas debieron interrumpirse.
El vecino es cuestión, es un efectivo policial que tiene su vivienda colindante con la canchita, y es ahí donde surge el conflicto. Las pelotas caen a su fondo y según la palabra de los propios padres de los chicos, el policía les devuelve las pelotas pero pinchadas y hasta los amenaza con ir a sacarle los arcos. Si bien los profes intentaron dialogar con el vecino y contarle del proyecto que apunta principalmente a sacar a los chicos de la calle, el hombre se negó a tal punto que obligó a la intervención de la Policía con una denuncia policial en la Comisaría 7ma.

"Intentamos hablar con este vecino pero es imposible. Dice que le molesta el ruido y los pelotazos que dan a la pared de su fondo", comentó Lucas Morán, uno de los vecinos que se puso el buzo se profe para entrenar a los chicos de manera gratuita. Es que la escuelita funciona hace unos cinco meses y si bien los entrenamientos comenzaron en la plaza de ese barrio ubicado en calle Lemos entre calle 9 y 10, fue tanta la participación que fueron por más y le solicitaron la autorización a la Municipalidad de Pocito para poder limpiar un terreno baldío y llevar las clases allí hace dos meses con ayuda de los propios pequeños transformaron el baldío en una cancha.

"La solución sería poder cerrar con un red de contención para que los pelotazos no den en las paredes de esas dos casas pero para eso necesitamos comprar palos de 7 metros. La idea es poder comprar ese material pero no contamos con los fondos para hacerlo en lo inmediato, eso intentamos contarle al vecino pero no pudimos", expresó el profe.
El conflicto llegó a tal punto que debieron poner un parate a las clases de fútbol. Hace dos semanas inauguraron la cancha y eso al vecino le molestó. Marcelo Morán, otro de los profes, y uno de los papás debieron ir a la Policía a pedir una autorización y la consiguieron pero este lunes que pasó a los dos hombres les llegó una citación teniendo que presentarse en sede policial de la Comisaría 7ma donde estuvieron demorados varias horas, como no tenían antecedentes ahora deberán esperar la citación con el juez de Paz para poder resolver la situación.


