Agua abundante y varias horas de viento, un combo letal para las vides y que obligó al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) a lanzar el alerta a los productores para que, apenas se sequen los callejones, ingresen y curen las plantas para evitar la propagación de enfermedades tales como oídio, peronóspora y podredumbre, un trío que provoca serias mermas en la producción de las plantas. La tormenta tuvo 2 chaparrones fuertes: uno, en la noche del miércoles y otro en la madrugada del jueves, donde se descargaron un total de 17,5 mm de agua en un global de 5 horas, o sea casi el 20% de lo que precipita -en promedio- al año en San Juan, según precisó el climatólogo Germán Poblete.
La lluvia se dio prácticamente en toda la provincia, en tanto que episodios con granizo sólo se focalizaron en los departamentos de Caucete, 9 de Julio y Ullum, aunque hasta ayer en la tarde no había denuncias de daños, dijeron en la Secretaría de Agricultura de la provincia.
‘’Prevenir es más barato que curar, hasta ayer (por el miércoles) veníamos observando sanidades increíbles, a pesar de que las plantas no venían muy bien después de las heladas; pero los que no tomaron precauciones y ante una tormenta tan abundante como esta, donde cayó agua por varias horas, la posibilidad de peronóspora es alta y es una alarma importante que hay que encender, porque llovió más de tres horas y las probabilidades de enfermedades son concretas, muy altas’’, explicó Rodrigo Espíndola, de la Agencia de Extensión Rural Caucete del INTA.
Lo que recomiendan a los viñateros para paliar la peronóspora es la aplicación de un químico capaz de prevenir esta enfermedad que se genera en los parrales producto de los altos porcentajes de humedad y para ello lo más usado es el Oxicloruro de Cobre; mientras que si se trata de podredumbre lo que comúnmente colocan es Carbendazim, que es un fungicida preventivo, pero si el deterioro es mayor se utilizan químicos más potentes.
Los meses de diciembre y enero son cada vez más propensos a precipitaciones copiosas, que por ejemplo tuvieron su máxima expresión en el epílogo de los años 2009, 2010 y 2011, cuando los viñateros tuvieron que salir en masa a curar sus viñedos. ‘’Esto ocurre porque en San Juan hay una tropicalización del clima cada vez más evidente y que le abre la puerta a este tipo de tormentas. Veníamos de días calurosos y húmedos que eran propicios para que esto ocurriera’’, contó Poblete, quien se valió de los datos que aporta una estación meteorológica automática ubicada en Concepción. En rigor, en la noche del miércoles, primero entre 20.30 y 21.30 y luego entre 23 y las 24, cayeron 9,1 mm; agregándose en la madrugada, desde la 1 y hasta las 4, otros 8,4 mm.
