Para Cintia Accorti, Adrián García, Juan Cruz Femenía y Luciana Galdeano, la vida es el tesoro más preciado que puedan tener. Los cuatro pasaron de la pesadilla a la esperanza, y quisieron contarlo. Protagonizaron diferentes situaciones traumáticas que pusieron en riesgo su vida y los dejó con graves secuelas a nivel físico y neurológico. Gracias a la rehabilitación lograron superar sus limitaciones y retomar su vida. Hoy, día en que se conmemora el Día Mundial de la Rehabilitación, quisieron contar sus historias para demostrar que si se quiere, se puede.

Los cuatro chicos aún continúan en rehabilitación. Cintia y Adrián lo hacen en el único Centro Integral de Rehabilitación de la provincia, dependiente de Salud Pública, que está al lado del Centro de Adiestramiento René Favaloro, en Rawson. En tanto que Juan Cruz y Luciana lo hacen en Centir, un centro privado de Kinesiología y Fisioterapia que también funciona en ese departamento.