Cuando Mabel Moreira donó la imagen de San Expedito, lo hizo con la intención de unir a las comunidades cercanas a su casa, las villas San Pablo y Richet y el barrio José Dolores. Fue así que en los primeros meses de estadía, el santo recorrió uno por uno los hogares de quienes lo querían recibir. Hasta que en abril del año pasado le construyeron la gruta que tanto buscaban. A pesar de ese logro, las misas son celebradas en la Unión Vecinal de la Villa San Pablo o en alguna casa. La llegada del santo reunió a los vecinos y ahora todos juntos van en busca de otro objetivo, la capilla.

"Cuando regalé la imagen de San Expedito lo hice con la intención de que sea de todos, sin importar de qué barrio o villa sean los fieles. Además tenía una promesa personal con él", contó Mabel, la mujer que no dudó ni un minuto en gestionar la obra de la pequeña gruta en la puerta de su casa.

La construcción de la casa del santo, como le dicen algunos a la gruta, duró muy poco y fue encarada por obreros municipales. El lugar donde ahora se venera a San Expedito fue consensuado entre los vecinos, ya que la idea fue que el patrono de las causas urgentes pueda ser visto por las tres comunidades. El oratorio fue levantado a metros de una esquina, donde hacia el Oeste está el barrio José Dolores; al Sur, la villa San Pablo, y al Norte, la villa Richet.

Las misas, que son realizadas en la unión vecinal o en la casa de los vecinos, son celebradas por el párroco de la Iglesia San Juan María Vianney, Eduardo Ceballos. "Acá hay muchas mujeres que son del grupo de misioneras de las Virgen de la Medalla Milagrosa y cuando le pedimos al padre que venga a darnos misa no lo dudó", señaló Gladys Villanueva, otras de las mujeres que se encargan del santo.

San Expedito fue el motor que unió a estas tres localidades de San Lucía y ahora los vecinos quieren ir por algo más, la construcción de la capilla. Desde hace un tiempo vienen gestionando un terreno y como ellos mismos dicen, hay que dejar todo en manos del patrono, porque él concede.