Hay que andar poco más de 5 kilómetros por una huella que está en buen estado y que bordea el cerro Pie de Palo. Y de repente, como si fuera un espejismo en medio del desierto, sorprende una capilla cubierta de piedra laja. Es la que levantó Omar Wensel, hace 16 años, para agradecerle a la Virgen de la Medalla Milagrosa la recuperación de su hija.
La existencia de esta humilde pero colorida capilla se conoció de boca en boca. Al lugar no sólo lo visitan los fieles de la Virgen patrona de los misioneros, sino además todos aquellos creyentes que quieren pasar un día en medio de la naturaleza.
El santuario no deja de sorprender por su belleza. El amarillo intenso de sus paredes, los bancos de madera rústica y un altar, con una gran imagen de la Medalla Milagrosa y la foto de quien la construyó, siempre está preparado para recibir a los devotos. Enfrente, una mesa repleta de rosarios, ropa, cartas, flores, fotos y todo lo que lleva la gente para cumplir su promesa. Además de una alcancía y un cuaderno con una lapicera donde se puede dejar escritos los pedidos y agradecimientos.
En el lugar no es habitual que se celebre misa, pero la visita de los fieles es constante. La capilla está impecable y en muy buenas condiciones, al igual que todo lo que la rodea.
Omar, que levantó la capilla en forma de agradecimiento a la Medalla Milagrosa porque hizo una promesa por su hija y ella se salvó, construyó el lugar en un paraje cómodo, donde no sólo se puede ir a rezar y a buscar un momento a solas con Dios, sino también a comer un asado. Al lado del pequeño pero acogedor santuario hay una galería techada, con mesas y sillas para que los visitantes puedan alojarse durante su estadía. También hay varios asadores y hasta un horno de barro.
Si bien la capilla de la Medalla Milagrosa está edificada en lugar alejado al centro de Angaco, es muy visitada. Según algunos lugareños, los fines de semana y los feriados el paraje se llena de fieles que llegan hasta la orilla del cerro Pie de Palo para cumplir una promesa o solamente agradecer por algún bien recibido.

