Portugal quedó paralizada ayer por la primera huelga general en 22 años para protestar contra un profundo ajuste económico, que según el gobierno es vital para evitar la bancarrota del endeudado país de la eurozona. Sindicatos del sector público y privado sumaron fuerzas para el paro de 24 horas con un impacto del 85%, que emula protestas realizadas este año en otros países europeos que tienen el euro y que con gobiernos forzados a impopulares medidas de austeridad, como Grecia -que debió pedir ayuda económica externa- y Francia.