No caben dudas que por la simple -y no tanto- necesidad de ahorrar algunos pesos haciendo la salsa de tomate en casa, la tarea termine acarreando un problema de salud. La preparación es clave y no se debe dejar librado ningún detalle para que la sanidad sea la correcta. La higiene, en primer lugar, debe estar en cada proceso: lavar bien el tomate y principalmente las botellas. Con la preparación en la botella y con un cierre hermético, el paso que sigue es la cocción, que debe ser justa para que mate a los posiblemente gérmenes.
