�En marzo del 2012, y en un intento por frenar el colapso de pozos negros en varios barrios, el municipio de Rawson decidió poner en marcha una prueba piloto: colocar sales químicas en los pozos para evitar nuevos desbordes de aguas servidas.
Este tratamiento es a base de sales y bacterias que favorecen la permeabilidad del suelo.
Su objetivo es contrarrestar la impermeabilidad en las paredes de los pozos, provocada por los detergentes y jabones.
El primer barrio donde se realizó esta experiencia fue el Juan Amanso, pero sin resultados positivos. Lo mismo ocurrió en otros barrios de monoblocks donde se puso a prueba este método. ‘Usamos las sales químicas en unos 90 pozos, pero sólo tuvo éxito en un 30%. Fue precisamente en los pozos de los barrios de casas y no de monoblocks. El problema en los edificios es que por más que desagotés el pozo y le devuelvas permeabilidad con las sales químicas, vuelve a colapsar al poco tiempo de uso, justamente por la cantidad de familias que comparten su uso’, dijo Rubén García.