Previo a la reunión con cámaras y gremios, la presidenta Cristina Fernández encabezó el acto en el que se adjudicó a la Unión Transitoria de Empresas (UTE) -conformada por las empresas argentinas Electroingeniería e Hidrocuyo, y la firma china Ghezouba- la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, que contará con una inversión de más de 22.000 millones de pesos.
En el Salón de Actos del Obispado de Río Gallegos, sin la presencia del gobernador local, Daniel Peralta, CFK subrayó que las obras comenzarán en diciembre próximo, con un plazo de ejecución de cinco años y medio.
‘Esto se ha hecho con absoluta transparencia y es la primera vez que se consigue financiamiento’ para el proyecto, destacó la Presidenta al recordar los antecedentes de la futura obra, cuya convocatoria inicial fue bajo el formato de iniciativa privada en 2008, a lo que luego se sumó una licitación pública en 2010.
‘Las obras públicas no se ganan con lobbies ni con denuncias contra otras empresas’, afirmó Cristina, a lo que agregó que un comportamiento de ese tipo ‘no es una buena conducta empresaria’.
Durante su discurso, que comenzó pasadas las doce y se extendió por espacio de una hora y media, la Presidenta destacó las ventajas del financiamiento obtenido para el proyecto, que alcanza el 100% y un 21% adicional en concepto de IVA, lo que alcanza la suma de 22.296 millones de pesos, por debajo del presupuesto tope fijado por el Estado nacional de 24.300 millones.
El monto será financiado por las entidades chinas China Development Bank (85% del monto) y el Bank of Communication (el 15% restante), a una tasa de interés Libor más 3,8% adicional.
El 76% del crédito será remitido a Argentina en concepto de certificados de obras, y el 24% restante permanecerá en cuentas chinas que actuarán como agentes de pago de los proveedores de maquinarias y otros bienes de capital. El único gasto que afrontará el Estado argentino es una prima de financiamiento del 7% del total de las obras, medida exigida por las autoridades chinas para el desembolso del dinero.
Según cálculos del Ministerio de Planificación, la puesta en marcha de las dos centrales hidroeléctricas posibilitará un ahorro de 1.300 millones de dólares por año en importación de combustibles.
