El sumo pontífice admitió que la jornada organizada por el Vaticano no será suficiente para delinear un nuevo rumbo. Sin embargo, sirvió para ayudar a elaborar un proceso de decisiones en el sector “más consciente” y que “tome en consideración la complejidad de los problemas” y que esté impulsado por “principios morales que persigan el bien de todas las partes involucradas”. El encuentro fue tomado como punto de partida, ante la necesidad detectada por el Pontificio Consejo de Paz y Justicia de establecer un nuevo modelo minero basado en el compañerismo (partnership).