�En una entrevista para el programa PPT emitido el 2 de agosto pasado y que luego ratificó ante la Justicia, Matín Lanatta dijo que conoció a Aníbal Fernández en 1995 cuando él tenía un taller mecánico al lado del domicilio del funcionario, en Quilmes. Lanatta relató que después entró a trabajar al Registro Nacional de Armas (Renar) cuando esta repartición del Estado estaba bajo la órbita de Fernández y que en esas tareas conoció a una de las víctimas del triple crimen, Sebastián Forza (34), quien, según él, le pidió ayuda para sacarse de encima a la Policía Federal, con la intención de continuar con el negocio de la ‘efedrina‘.
Fue entonces cuando, siempre de acuerdo a la versión de Lanatta, pidió una reunión con Fernández en la que éste le dijo que si Forza quería hablar con él para solucionarle el problema tenía que pagar 250 mil dólares.
Lanatta contó que Forza luego consiguió el dinero y que todo lo realizado estaba en conocimiento su esposa, Solange Bellone, aunque en el juicio la mujer sólo dijo que a la persona que recibió el pago le decían “La Morsa” y “tenía bigotes”. Según Lanatta, “el negocio del tráfico de la efedrina se lo terminó quedando en la totalidad Aníbal Fernández y un agente de la ex SIDE. Forza llegó a ser un estorbo”.
