La revista Rumbos del pasado domingo realizó una investigación acerca de la proliferación minera en el país. En ella se refiere a las consecuencias ambientales que genera la actividad en los lugares donde se ha instalado.

En el caso de San Juan, dice lo siguiente: “Hace unos años los pobladores de Jáchal tienen problemas con el agua de consumo. La contaminación del río Las Taguas, que alimenta al Jáchal, presenta alteraciones irreversibles, gracias al arsénico importado por las voladuras de dinamita que caían sobre el agua. Incluso en los últimos 10 años, los casos de cáncer han aumentado un 150% en las zonas de influencia. Allí, el resultado de los estudios dio una alta contaminación por arsénico”.